Más sol, más ozono, más daños de la piel

Con los cambios climáticos se registra un aumento mundial de ozono (O3) cerca de la superficie de la tierra. En la piel provoca daños oxidativos, una falta de la protección antioxidante y una reacción proinflamatoria. Las manifestaciones agudas pueden ser urticaria, eccema, dermatitis de contacto, exantema y tendencia de infecciones. Los daños crónicos de una elevada exposición a ozono resultan en el envejecimiento acelerado de la piel con la aparición de arugas. Estas manifestaciones dependen de la exposición simultánea a otros factores dañinos medioambientales

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